Cada uno de nosotros tenemos nuestros propios miedos, esos miedos que la mayoría de las veces nos bloquean y nos impiden hacer las cosas más insignificantes, pero ayudan a no tomar esas pequeñas decisiones que nos podrían cambiar en tan solo 1 segundo…
Normalmente cuando hay unos hábitos establecidos, cuesta decirle a nuestro cerebro que vamos a cambiar de camino, nos asusta, sale una vocecita que nos dice: No sabes que pasará por ese camino, vete mejor por el camino que conoces… y al final escogemos la opción que controlamos.
A quien no le ha pasado ir siempre por el mismo camino a trabajar, ya sea en coche o andando y pensar…. Quizás si fuese por otro sitio llegaría antes, pero en la mayoría de las ocasiones optamos por no probar ese nuevo camino, y si llegamos a hacerlo antes tenemos que barajar la idea aunque sea cuestión de segundos, decisivos para detenerte y no hacerlo.
Como esta, hay muchas más decisiones que tenemos que tomar a lo largo del día, si tenéis la oportunidad, os invito a que un día comprobéis de todas las decisiones que tomáis cuales han variado con respecto al día anterior… veréis como nos cuesta desaprender esos hábitos diarios y empezar uno nuevo.
Si los miedos nos bloquean en pequeñas cosas durante nuestro día a día, imagínate lo que puede ocurrir cuando nos planteamos en algún momento tomar una decisión importante, lo primero que sentiremos es miedo, miedo a qué pasara, miedo a si es la decisión correcta, miedo a equivocarse, miedo de alejarte de tu zona de confort y empezar de nuevo…. Esto me ha pasado constantemente, miedo a no saber que iba a suceder.
Pero hay diferentes tipos de miedo, no todos son limitantes, hay miedos necesarios que nos ayudan a mantener seguridad, nos mantienen alerta y nos indican si puede ser posible ese cambio…
En mi vida, he tenido que tomar decisiones importantes, no solo a nivel profesional, si no a nivel personal, y en todas he tenido mucho miedo, una de ellas y la más importante para mí, empezar a cantar con 17 años en una orquesta, adoro la música y adoro cantar, desde pequeñita, pero no quita que siempre haya tenido miedo escénico, pero de pequeños siempre somos más aventureros, y dije, porque no? …Tengo miedo, sí, pero sobreviviré, y efectivamente, sobreviví, aprendí a hablar en público, no solo a cantar como hacía al principio y esconderme una vez que terminaba la canción…
A nivel profesional también he tenido que tomar decisiones, dejar el trabajo, en varias ocasiones, esto significaba perder el confort, la seguridad económica, la rutina, los grandes compañeros que encuentras por el camino.
Cuanto más mayores somos, mas miedos a los cambios tenemos, pero en realidad debería ser al revés, tenemos más experiencias a nuestras espaldas, entonces, muchas veces me pregunto:
¿Qué ha pasado?
¿Que es lo que ha cambiado?
Al principio no lo entendía, pero con el tiempo, al permitir adentrarme un poco en mí, entendí que pasaba, y todos llevamos las respuestas dentro, no fuera, pero aveces necesitamos una pequeña ayuda, un pequeño aprendizaje, hay muchas formas de llegar a las respuestas, el coaching, una de ellas.
Por ello, al final, por mucho miedo que tengamos, nos debemos hacer varias preguntas… y también te invito a que te las hagas en voz alta y permitas escuchar la respuesta, , hacen pensar, y lo más importante, te permiten obtener respuestas, si quieres escribe lo primero que te venga en un cuaderno, quizás de esta forma te pueda ayudar más fácilmente.
¿Por qué siento este miedo?
¿Para qué me sirve sentir este miedo?
¿Que es lo peor que me puede pasar si tomo esta decisión? ¿ Y lo mejor?
Todos podemos tomar grandes decisiones, da ese primer paso a comprobarlo, solo dando el primer paso, no te llevará a donde quieres llegar pero te sacará de donde estás.
Si quieres, aquí estoy para acompañarte en este camino.